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Mesa y caida amortiguada

"La vida no es siempre una cuestión de tener
buenas cartas, sino, a veces,
de jugar bien una mala mano. "

Jack London

Monseñor Claudio María Celli en representación de la mediación enviada por el Vaticano, leyó la noche del 12 de noviembre, los términos del acuerdo previo a que llegaron con el gobierno en las mesas de diálogo, un día después del anunciado cese de la tregua comunicado días antes por líderes de la oposición.

 El prelado italiano leía con nerviosismo frente a las cámaras de TV, aquel documento que parecía redactado desde los laboratorios de la dictadura y por momentos, podía percibirse su perplejidad, al mencionar expresiones como sabotaje o guerra económica, ambos conceptos característicos y reiterados por el aparato de propaganda de la dictadura militarista encabezada por Nicolás Maduro.

En un contexto tan delicado como el nuestro, en términos de polarización y exigencia urgente en la satisfacción de las expectativas viscerales de toda una nación, la atención en la comunicación es determinante. No puede esperarse otra cosa, más que Monseñor Cellis, pese a su experiencia en estos menesteres, también fuese sorprendido por el mensaje que le tocó leer ante la audiencia nacional e internacional.

En términos militares, la dictadura, pasó de estar bajo las cuerdas a tomar la iniciativa, de encontrarse boqueando a pararse erguida. Esta vez con la anuencia indirecta de una mediación foránea. Lamentablemente, aconteció lo que era absolutamente predecible, como quedó demostrado a lo largo de los días que transcurrieron desde el momento que la dirección de la oposición (MUD) decidiera abandonar y enfriar la calle como escenario de presión en las negociaciones: la dictadura con el secuestro militar e institucional se impuso sobre la democracia. Prevaleció el chantaje de la sangre, el terror y la iniquidad por encima de la paz, la cordura y la democracia.

De 113 presos políticos, sólo se liberaron cinco, al inicio de las conversaciones como un favor del que la dictadura todavía espera agradecimiento. De resto, así como en contraste reza la sentencia a propósito del honor de las fuerzas armadas; la humillante indulgencia de la camarilla, atornillada en el poder aún no se divisa y pareciera tampoco divisarse en el horizonte por venir. Y como es propio de sus prácticas dilatorias, de la que son especialistas, es difícil que así sea.

La dictadura se impuso con cuatro temas y soslayó aquellos considerados puntos de honor. Para nada se mencionó cronograma electoral para revocar a Maduro, ni tampoco se acordó la liberación de los 109 presos políticos. En su lugar el régimen propuso la celebración de nuevos comicios parlamentarias en el estado Amazonas, respetar la autonomía de la Asamblea Nacional (AN), Elección de 2 nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) y Abastecimiento de medicinas y alimentos. No hubo ningún reconocimiento tampoco por parte del régimen de la catastrófica crisis humanitaria que el mismo ha generado.

Pareciera que la MUD, como principal responsable de la dirección en la lucha política de la oposición, enmarcada esencialmente en el ámbito electoral, no ha medido las consecuencias de haber metido la protesta ciudadana en el refrigerador, pese a la orientación firmemente totalitaria, represiva y violenta que ha tomado el régimen, aun con la intermediación del Vaticano en un diálogo que sólo le viene procurando oxígeno.

Sorpresa ante lo incomprensible

Sorprendió evidentemente a muchos, la declaración que ofreció Monseñor Claudio María Cellis, enviado de El Papa Francisco el domingo 5 de noviembre, al referirse a las dimensiones espantosas de la crisis que padecemos en Vzla. No sólo exteriorizó el arzobispo, su preocupación por la palmaria escasez de medicinas y alimentos, sino las aberrantes dimensiones de la violencia y la grosera militarización en el país que pese a su jerarquía diplomática llegó a importunarlo en su camino a la Nunciatura Apostólica.

Y la violencia administrada desde el régimen, tanto la violencia desatada por el hampa común como la institucional, ejercida desde la represión y la persecución de la disidencia, han sido dos armas empleadas por la dictadura de Maduro, cuya fachada, por la incapacidad manifiesta para contener a sus perros de presa, o la deliberada indulgencia para permitirlos, demuestran los lamentables resultados preliminares de  las llamadas “mesas de diálogo” que arrojaron los incomprensibles acuerdos entre la dictadura y la oposición el día de ayer.   

Campo Minado

Es por eso que desmontar el campo minado comprendido por dispositivos del hampa común, el hampa organizada, el hampa política y “el hampa institucional”, si así puede llamársele, resulta una tarea titánica, cuanto más si es empleada con premeditación y alevosía para reprimir y desmovilizar a los ciudadanos que rechazan la dictadura; o a los diputados a quienes les restringen su deber al atropellarlos con bandas armadas, interrumpirles los servicios de agua y luz en el Parlamento o simplemente, encarcelarlos como de hecho ocurre con los parlamentarios Renzo Prieto, Gilberto Sojo y Rosmit Montilla. 

De hecho, Rosmit Montilla fue sujeto de un ultraje sin parangón en los anales de la historia de la ignominia. El diputado, preso en las mazmorras del Sebin desde el 2 de mayo del 2014, pese a una orden emitida por un juez de la República para ser excarcelado y operado con urgencia de una lesión agravada durante su tiempo en reclusión, fue detenido de nuevo en la clínica y conducido nuevamente a su celda al Sebín.

Aparte de la represión política que impúdicamente exhibe la dictadura, ante el enviado del Papa, soportada por los registros del Foro Penal que acusa un registro de 109 presos políticos, figura otro tipo de represión, la del hambre que azota a los venezolanos, instigados por la pavorosa inflación y la escasez que asalta las despensas de los supermercados y las neveras en nuestros hogares. Una realidad absolutamente predecible, que pudo haberla evitado la camarilla del Hamponato Mandante, de haber modificado su desastroso rumbo de saqueo y destrucción del aparato productivo venezolano, incluyendo por supuesto, la gallina de los huevos de oro.

PDVSA en ruinas

Es imposible ignorar en la geografía del dolor venezolano, la destrucción de la principal industria generadora de divisas para el país. Una cadena de accidentes, cada vez más graves vienen aconteciendo en sus instalaciones a lo largo y ancho de Venezuela. Uno de los más recientes ocurrió hace dos semanas con la explosión de un tanque de gasolina, en la población de Guaraguaos, cerca de Pto La Cruz y luego,  una semana después la rotura del oleoducto del complejo criogénico de José con las costosas consecuencias ecológicas que estos hechos acarrean.

Hace más de ocho meses, una de las principales refinerías del país, El Palito está paralizada; Amuay al norte de la península de Paraguaná, el más importante procesador de crudo se encuentra también en un estado lastimoso. Son hechos de una gravedad monumental cuyas consecuencias ya pueden evidenciarse en la alarmante carencia de combustible en las bombas habilitadas en el interior de la República y su incremento desmesurado más cerca de la capital y obscenamente en las ciudades fronterizas  donde el contrabando de gasolina es permitido por las autoridades a plena luz del día a través de trochas y carreteras.

Cercados

Pareciera que el ala más radical de la dictadura, se atrinchera en torno al líder, consciente que la suma de los males generados con su codicia e ineptitud, los empujará indefectiblemente a rendir cuentas con la justicia nacional e internacional. Cerrar filas en torno a su sobrevivencia política, pareciera no importarles. Sin embargo, la camarilla sabe que el largo brazo de la justicia, lo tienen cerca y por ello prefieren ralentizar su agonía inevitable, dado el pánico que sienten al tener que responder tarde o temprano por sus crímenes.

En ese sentido, pudieron más los esfuerzos de radicales como Tareck El Alsaimi, actual gobernador del Edo Aragua o el Mayor General, Gustavo López, recién designado Ministro de Interior y de Justicia, anterior Director del Sebin y hombre de confianza de Diosdado Cabello, para bloquear propuestas medulares durante las llamadas “mesas de diálogo” como la liberación de los presos políticos o la urgente definición de un cronograma electoral para salir de Maduro éste mismo año 2016. 

 Y fue justamente hace un año en noviembre del 2015,  cuando familiares de la pareja presidencial venezolana, fueron detenidos en Haití por la policía de aquel país en una operación orquestada con el narcotráfico internacional para transportar casi una tonelada de cocaína hacia los Estados Unidos.

Luego de un periodo de presentación y substanciación de pruebas a lo largo de un año entero, el juicio a los hermanos Flores se efectúa en Nueva York, con las impredecibles consecuencias que el veredicto y la sentencia arroje para los familiares de Cilia Flores, Nicolás Maduro y su entorno de confianza en el poder.

Con celeridad se cierra el cerco, no sólo sobre los directamente implicados en éste delito, sino sobre los principales responsables de la dirección de la dictadura venezolana. Es una engorrosa situación, cuyas consecuencias, pese a la ingente cantidad de dinero pagada para costear la defensa a cargo de unos de los bufetes más costosos de la Gran Manzana, no podrán evitar. Se habla de 20 años a cadena perpetua, como mínimo si resultan condenados. Asimismo, el proceso judicial ventilará indefectiblemente información comprometedora para el régimen y sus cabecillas en cuanto a sus vínculos con el narcotráfico internacional que podría acelerar en el peor de los casos una negociación para adelantar su salida del poder.

Perspectivas

Probablemente el arzobispo Claudio María Cellis, pese a su alarmante afirmación el 5 de noviembre al inicio de las conversaciones entre la dictadura y la oposición, no imagino la cercanía y el poder de los demonios que el Vaticano desde sus meros inicios ha tratado de exorcizar.  

Pues al enviado del Papa le toco tragar duro cuando leyó el documento que comprometía a ambas partes, la dictadura y la oposición para ponerse de acuerdo en las condiciones exigidas. Por desgracia será muy difícil exorcizar los nuevos demonios generados a partir de éste momento.

Muchos venezolanos que apostaban algo, aunque fuera el beneficio de la duda a los negociadores internacionales, ahora se encuentran mucho más perplejos, confundidos e indignados que antes. María Corina Machado, líder de la oposición venezolana y dirigente del partido Vente Venezuela fue medular al afirmar la noche de los infelices acuerdos que “Los tiempos de la gente no son los tiempos de los acuerdos entre políticos. No se equivoquen"  Machado fue enfática al afirmar que el hambre, las penurias y el sacrificio de millones de venezolanos no podía esperar otra cosa de un supuesto diálogo que no arroje otros resultados diferentes a más frustración e indignación para los venezolanos.

Ganar, ganar es el objetivo que persiguen los jugadores tanto sobre una partida de póker, como en una “mesa de diálogo”. Desde hace tiempo el contendiente viene demostrando su talante marroñero y tramposo. Sus oponentes saben que suele jugar con cartas marcadas. No fue suficiente haber burlado al árbitro y humillado a su adversario. Ahora el más perjudicado por el juego de la política, decidirá no volver a apostar sus cartas por el perdedor sobre todo cuando el jugador hasta el momento, menos favorecido declara: mesa y caída amortiguada.

13 de noviembre de 2016

Pepe Mijares/ @pepetex

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