Desde cinco estados se llevó el Revocatorio al patíbulo

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na dictadura pura y dura, desnuda de todo eufemismo es el verdadero rostro del gobierno que de manera abrupta decidió interrumpir la vía constitucional, democrática y electoral para decidir el desenlace de la catástrofe que ellos mismos provocaron. Cuatro gobernadores del ala más radical, privilegiada y comprometida hasta los tuétanos con el Hamponato Mandante: Tareck El Aissami (Aragua), Ramón Carrizales (Apure), Francisco Rangel Gómez (Bolívar), Francisco Ameliach (Carabobo), y el diputado Diosdado Cabello por el Edo Monagas, se unieron para avalar en perfecto montaje, una sentencia común, emanada desde cinco tribunales penales de sus respectivas regiones, destinados a anular, la exitosa votación del 1% de las manifestaciones de voluntad a nivel nacional, ganada con creces, denuedo y sacrificio por los ciudadanos para activar lo que fue la primera fase del Referéndum Revocatorio.

Fue cuestión de minutos para que los juzgados regionales sentenciaran el mismo día 20 de octubre, y el CNE, por supuesto en perfecta correlación, revalidara la suspensión hasta nueva fecha, para la jornada de recabación del 20% de manifestaciones de voluntad. Es el terror, tienen miedo a contarse porque saben que su popularidad es prácticamente inexistente.

Jorge Rodríguez, Alcalde de Caracas, uno de los enchufados mayores y principal artífice de las acusaciones de fraude contra el proceso de recaudación del 1% de manifestaciones de voluntad revocatorias, no ha sido, pese a su experticia como psiquiatra, suficientemente capaz de demostrar la presunta trampa con independencia de la telaraña institucional que lo protege, cual araña familiarizada con su nicho y sin el chantaje a sus supuestos dolientes que a fin de cuentas son también sus beneficiarios. Es por eso que, a juicio de sus críticos, dichas demandas, carecen del soporte y las evidencias palmarias, confusas, insuficientes e increibles por demás para frenar el proceso Revocatorio. 

 

Cierras canales pacíficos y alientas violencia

En contraste a ésta operación política que no persigue otra cosa sino prolongar un poco más la agonía del régimen, cuya impopularidad supera el 80%, la MUD anunció la restitución del hilo constitucional, roto a partir del golpe de estado infligido a la democracia y al estado de derecho por parte del mismo gobierno, al asesinar, como afirman sus principales líderes, el Referéndum Revocatorio.

La MUD anuncia movilizaciones, tomas de autopista, secciones extraordinarias de la Asamblea Nacional para deslegitimar el régimen y acusar el abandono de Maduro del poder para entregárselo a otro miembro del Hamponato Mandante, el capitán Diosdado Cabello. Para el miercoles 26 de octubre, cuando originalmente tendría que iniciarse la consulta por el 20% se emprenderán grandes demostraciones de musculo de los venezolanos en todo el país, cuyo derrotero bien podría ser los centros donde se concentra el poder oficialista. El clamor es común y urgente: restituir la democracia a través de una intensa jornada de desobediencia civil, resistencia y firme protesta pacífica.

De hecho, ya los gremios y ONG en defensa de los derechos humanos como PROVEA, hacen un llamado para que se suspenda al gobierno de Venezuela como miembro activo de la OEA, en virtud de evidente conducta dictatorial y violadora de derechos humanos (101 presos políticos, contabilizados por el Foro Penal). Rafael Uzcátegui, coordinador nacional de la ONG admite que al régimen cerrar canales pacíficos como los que propicia el Referéndum Revocatorio para iniciar el afianzamiento de un cambio positivo en el país conllevará inexorablemente también la exteriorización de la violencia.

De acuerdo con otras organizaciones no gubernamentales es importante esta consideración ya que el gobierno de Nicolás Maduro decidió colocarse al margen de la Constitución y las leyes, además de ocultar e impedir la evaluación de sus estándares democráticos por parte del sistema internacional, la OEA, la ONU, el Parlamento Europeo. Luego de la suspensión del Referéndum Revocatorio queda expuesto a plena luz, el carácter autoritario-dictatorial del cuerpo cívico militar que desde hace 18 años secuestró el poder. 

Ante el firme desenvolvimiento de la sociedad democrática y el encaminamiento correcto de su dirección, la dictadura se ve obligada a quitarse definitivamente la careta. La falsa creencia, producto de la precipitada y desesperado enfoque que el régimen prevalece y la sociedad es empujada a claudicar, se cae por sí misma.

La fragilidad y debilidad en la que se encuentra la camarilla desgobernante ante el empuje democrático de una mayoría decidida a imponer su dignidad, pese a todos los obstáculos interpuestos por la autocracia militarista, revela su evidente agotamiento. Es tal el terror que embarga al régimen, acorralado, incluso por la dilatada disidencia entre sus filas, que los forza a actuar como los charros mexicanos que si no ganan arrebatan. La diferencia es que aquellos por lo menos aprecian la música, respetan los tiempos y saben de armonía, mientras que la camarilla de la que forman parte los cinco del Patíbulo, sólo les queda el silencio, el desconcierto y el recuerdo del ruido procedente de las multitudes entusiastas que alguna vez los acompañó junto a un difunto recuerdo que hoy la gran mayoría repudia y desea enterrar para siempre.

16 de octubre de 2016

Pepe Mijares/ @pepetex

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