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La Toma de Caracas

Los indígenas amazoneneses marchan desde sus selvas en el sur del país, otros contingentes acompañan a aquellos desde el Delta profundo del Orinoco; un sacerdote renunció a su parroquia (Nuestra Señora de la Soledad) y camina a favor de la paz desde su lejano pueblo en el Estado Anzoategui; todos esperan coincidir el 1 de septiembre en la capital de la República para exteriorizar su voluntad por la realización del Referéndum Revocatorio.

En la medida que se acercan los días para la fecha convocada, el 1 de septiembre, se agranda más el entusiasmo y con similar ahínco los movimientos sociales, gremios, individualidades, poblaciones enteras se preparan con la mira puesta en el mismo derrotero. Más que una apuesta, constituye un colosal desafío convocado por la oposición institucionalizada desde la MUD. Caracas, de por sí caracterizada por su congestionado tráfico y estresante tráfago, asistirá a una de las más multitudinarias concentraciones humanas que se tenga data.

El Hamponato Mandante semanas antes procura hacer gala del exangüe musculo que tiene. En un despliegue acelerado como nunca se le vio a lo largo de estos 17 años para construir y fomentar la armonización de nuestra sociedad, contingentes de la fuerza armada transportan y colocan sacos de arena a manera de barricada frente a la entrada de los túneles en las autopistas y carreteras; el revocable gruñe y amenaza a viva voz con acciones más severas que las aplicadas por su homólogo turco durante un golpe militar del que fue sujeto el mes pasado.  

Olvida el revocable o probablemente no le interesa recordarlo, que fueron los militares quienes protagonizaron en aquella ocasión el conato de sacarlo del poder. Ahora le toca a los civiles, los ciudadanos, quienes profieren un solo alarido: Referéndum Revocatorio, una herramienta civica y democrática a diferencia de las formulas de facto aplicadas en general por los militares como el personaje difunto que continua inspirando toda esta tragedia .

 Amilanarse no es una opción frente al padecimiento extremo de millones de venezolanos para quienes no hay vuelta atrás, y se aprestan con suficiente ánimo gracias a la porfía mayoritaria por exigir el Revocatorio.

Ya otros decidieron anticiparse en el carrito de Fernando (un ratico a pie y otro caminando) desde sus lejanas localidades. No resulta para nada extraño, entonces que se incorporen muchos, muchísimos más, cuya determinación irrefrenable sólo conseguirá contenerse cuando Caracas sea tomada éste 1 de septiembre.  

24 de agosto de 2016

Pepe Mijares/ @pepetex

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